Ciudad del Vaticano, 6 de mayo de 2025 — El proceso para elegir al próximo líder de la Iglesia católica comienza este miércoles en el Vaticano, dando inicio al cónclave en un ambiente cargado de simbolismo, liturgia y reserva.
Esta histórica ceremonia se desarrolla bajo un estricto protocolo religioso que se abre con la misa Pro eligendo Pontifice y continúa con las votaciones diarias dentro de la Capilla Sixtina.
El cónclave reúne a los cardenales menores de 80 años, quienes son los únicos autorizados para emitir su voto en la elección del sucesor de San Pedro. Representan a más de mil 400 millones de fieles católicos en todo el mundo.
La primera jornada inicia a las 10:00 horas (tiempo de Roma) con una misa solemne en la Basílica de San Pedro, presidida por el decano del Colegio Cardenalicio.Durante la tarde, los cardenales fueron trasladados desde la residencia de Santa Marta al Palacio Apostólico.
A las 16:15 se congregan en la Capilla Paulina para luego dirigirse en procesión hacia la Capilla Sixtina. Allí, cada cardenal presta juramento de secreto y, tras la orden de “Extra omnes” (que exige el retiro de todos los no participantes), se cierran as puertas para dar paso a la primera votación.
Durante la primera ronda de votaciones, abarca alrededor de las 12.00 (04:00 horas en México) cuando se libera la primera fumata del día. Porsteriormente a las 16.00 (08:00 horas en México) comienza la segunda sesión con dos nuevas votaciones. La segunda fumata del día ronda hacia las 19:00 (11:00 horas en México), después de las votaciones de la tarde, esto seguido por el rezo de las Vísperas y el regreso a Santa Marta.
El resultado fue señalado mediante una “fumata”: negra si no hay elección, blanca si ya se ha elegido pontífice.
Los días posteriores seguirán un ritmo preciso: misa por la mañana, rezos y dos sesiones de votación cada día —una en la mañana y otra en la tarde—, con sus respectivas señales de humo a mediodía y al anochecer.
Si al cabo de tres días (doce votaciones) no se alcanza un consenso, se hará una pausa de reflexión. A partir de ahí, el proceso continuará con ciclos de siete votaciones y descansos hasta que se logre una decisión.
Una vez elegido el nuevo papa, la fumata blanca y el repique de las seis campanas de la basílica anunciarán al mundo la noticia.
El pontífice electo se dirigirá a la llamada “sala de las lágrimas”, donde se revestirá con los hábitos papales. Luego, desde el balcón central de la basílica de San Pedro, será proclamado con el tradicional “Habemus Papam” y ofrecerá su primera bendición Urbi et Orbi, reservada para este momento, el Domingo de Resurrección y la Navidad.
