La postura de Guillermo del Toro frente a la inteligencia artificial generativa ha trascendido el ámbito tecnológico para convertirse en una declaración ética y artística. El cineasta mexicano, reconocido por su defensa del arte hecho a mano, ha reiterado en distintas entrevistas que “prefiere morir antes que utilizar” herramientas de inteligencia artificial en su proceso creativo.
Para Del Toro, el uso de algoritmos en la creación artística representa una forma de deshumanización que amenaza la esencia del cine como oficio manual y colaborativo. Su posición no solo plantea una crítica estética, sino una reflexión sobre la responsabilidad moral de quienes desarrollan y promueven estas tecnologías.
Guillermo del Toro y su postura frente a la inteligencia artificial
El director de ‘La forma del agua’ ha expresado en repetidas ocasiones su rechazo a la idea de incorporar inteligencia artificial en la producción cinematográfica. Para él, el riesgo no radica en la tecnología en sí, sino en la manera en que se utiliza.
“Quiero sets reales. Quiero ver personas pintando, construyendo, taladrando […] No quiero algo digital, no quiero IA, no quiero simulación. Quiero artesanía de la vieja escuela”, afirmó Del Toro en una reciente entrevista.
El cineasta considera que la inteligencia artificial puede vaciar de humanidad el arte al sustituir la mirada y la emoción humanas con procesos automatizados. Su crítica apunta también al entusiasmo desmedido de los llamados tech bros, término que usa para describir a los empresarios tecnológicos que, según él, “juegan a ser Dios” al crear sistemas sin considerar su impacto ético o social.
“Estos programadores lanzan plataformas y aplicaciones sin pensar en las consecuencias para la sociedad. Esa actitud me parece peligrosa y carente de responsabilidad”, señaló.
“Quiero sets reales”: la defensa del cine artesanal
Del Toro ha insistido en que el problema no es la inteligencia artificial, sino lo que llama “la estupidez natural” del ser humano, responsable de crear herramientas que pueden volverse en su contra.
“El verdadero riesgo no está en la inteligencia artificial, sino en la estupidez natural que nos lleva a generar amenazas contra nosotros mismos”, comentó durante una charla reciente.
Su reflexión evoca el mito de Frankenstein, la obra literaria de Mary Shelley, en la que un científico desafía los límites de la naturaleza al crear vida artificial. Para el director, la historia funciona como una advertencia sobre los riesgos de la soberbia humana frente a la creación tecnológica.
El mito de Frankenstein y los límites de la creación tecnológica
El compromiso de Del Toro con la artesanía cinematográfica se refleja en su adaptación de Frankenstein, su más reciente proyecto. En esta producción, el director optó por reducir al mínimo el uso de efectos digitales (CGI) y priorizar efectos prácticos y sets construidos a mano, siguiendo la tradición de los grandes talleres de cine.
La apuesta fue ampliamente reconocida. La película recibió 13 minutos de ovaciones en el Festival de Cannes, un gesto inusual incluso para producciones de gran prestigio. La crítica internacional elogió el resultado estético y la decisión del cineasta de mantener una visión tangible del horror gótico.
Del Toro ha descrito esta forma de trabajo como una declaración de principios. Para él, construir físicamente un escenario o una criatura implica preservar la conexión entre el artista y la obra, un vínculo que considera imposible de replicar con algoritmos.

La evolución del cine sin inteligencia artificial
El rechazo del director no implica una resistencia irracional al progreso, sino una crítica a la falta de ética y reflexión en el desarrollo tecnológico.
“No estoy interesado, ni lo estaré nunca. Tengo 61 años y espero seguir desinteresado en usarla hasta que me muera”, afirmó.
En tono irónico, relató que cuando le pidieron su opinión sobre la inteligencia artificial por correo electrónico, su respuesta fue tajante:
“Prefiero morir”: Guillermo del Toro
Del Toro sostiene que la fascinación por las herramientas digitales ha desplazado la valoración del esfuerzo humano detrás del arte. En su opinión, la facilidad con la que hoy se generan imágenes y sonidos contrasta con el sacrificio, el tiempo y la entrega que definieron históricamente la creación artística.
Durante una charla en Londres organizada por Forbes en 2023, Guillermo del Toro reiteró que el arte auténtico surge de la pasión y el riesgo, no de la eficiencia tecnológica.
“El valor del arte no está en cuánto cuesta o en cuán poco esfuerzo requiere, sino en cuánto arriesgarías por estar en su presencia”, expresó.
El director también cuestionó la supuesta emotividad de las obras creadas por inteligencia artificial:
“¿Cuánto pagarían por esos salvapantallas semiconvincentes? ¿Van a hacer llorar a alguien que perdió a su madre o a un hijo? Claro que no”.
Estas declaraciones consolidan su postura como uno de los defensores más firmes del arte manual dentro de la industria cinematográfica contemporánea.
Desde su debut con ‘Cronos’ hasta su consolidación con películas como ‘El laberinto del fauno’ y ‘La forma del agua’, Guillermo del Toro ha mantenido una línea constante: reivindicar el valor del trabajo humano frente a la automatización.
Su rechazo a la inteligencia artificial no responde a nostalgia, sino a una convicción: el arte, en su esencia, debe seguir siendo un acto profundamente humano.
Fuente:Excelsior
 



