Los Mochis, Sin.- Las tradiciones yoremes contemplan los sonidos de la naturaleza como algo sagrado, que debe ser emulado con la más plena fidelidad. Esta idiosincrasia nació desde antes de la conquista española a las tierras mexicanas, especialmente las sinaloenses.
Posteriormente, las agrupaciones que se componían de guitarrón, violín y vihuela surgieron en comunidades tan propias como Sinaloa de Leyva. De hecho, en las cantinas de aquella época, se prohibía la entrada explícitamente a uniformados, limosneros y mariachis, lo que nos da una idea del concepto que en aquellos tiempos se tenía de esta clase de música.
Cuando sucede la Intervención Francesa y el Imperio de Maximiliano en México, se le trata de dar una visión afrancesada al mariachi, sin embargo, las raíces sinaloenses de este tipo de música son evidentes, tanto en sonoridad, etimología y tradición. Estos fueron los argumentos que los periodistas Enrique Corral y Mirella López presentaron en el panel “Antecedentes de la historia antigua del mariachi en Sinaloa”.
En las inmediaciones del Centro de Innovación y Educación (CIE), reunieron a investigadores de la talla de Sergio Martínez, Javier Silva, Nahuillolín Marmolejo, Alfonso Murguía y al músico Trinidad Castro, quienes narraron a la audiencia algunos de los argumentos para que Sinaloa sea la cede de la Escuela Nacional de Mariachi.
Así, el maestro Nahuillolín Marmolejo relató que la música tradicional y la música culta, anteriormente se estudiaban de forma conjunta, la evidencia es tal, que hasta Beethoven tiene influencia de la música folclórica vienesa.
Finalmente, relató que los sones propios del mariachi existen incluso desde antes de la llegada hispana a México y Sinaloa, y su musicalidad es propia de la etnia yoreme. Al concluir el evento, el Mariachi Castro sorprendió a los presentes con una pequeña muestra de su talento.




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