Este año se cumple la primera década de la escena competitiva de League of Legends en América Latina y Riot Games tiene una ambiciosa meta para los siguientes años: hacer que los deportes electrónicos sean una afición que dure generaciones.
Fue en 2013 cuando Riot Games abrió el servidor de LAN (Latinoamérica Norte) de League of Legends y permitió que los videojugadores empezaran a soñar en participar en el campeonato mundial, mejor conocido como Worlds.
No fue hasta 2017 cuando los equipos Kaos Latin Gamers y Lyon Gaming lograron obtener un cupo para el máximo torneo, aunque actualmente la región tiene una especie de “maldición” porque no ha podido pasar al Main Stage.
Cuando comenzamos hace 10 años, las transmisiones de la Liga las hacíamos directamente desde la oficina, si bien con la tecnología necesaria para poder llevar a cabo estos torneos de manera online, pero no teníamos un estudio o un estadio donde pudiéramos albergar a los aficionados”, recordó el director de eSports Américas de Riot Games, Raúl Fernández.
Consideró que esto ha cambiado gracias a que la actual Liga Latinoamericana de League of Legends ha crecido, tanto a nivel competitivo como de infraestructura y fanáticos.
Esto último porque ser un videojugador pasó de ser un tabú y una cuestión machista a ser un pasatiempo y una profesión mucho más aceptada por la sociedad.