Culiacán, Sinaloa.- Este martes 9 de septiembre, la ciudad despertó con un mensaje diferente en sus principales vialidades: paz. En diversos puentes peatonales y vehiculares, donde en otras ocasiones han aparecido narcomantas con amenazas y advertencias, esta mañana fueron las denominadas “pazmantas” las que llamaron la atención de los conductores y transeúntes.

La iniciativa fue impulsada por el colectivo Culiacán Valiente, cuyo objetivo es promover la cultura de la paz, brindar un mensaje positivo a los culichis y mostrar que la apropiación de los espacios públicos puede ser un acto de esperanza y resiliencia frente al ambiente de miedo que ha prevalecido en la ciudad durante el último año.

Entre los puentes donde se colocaron las pazmantas destacan:
- Puente vehicular de Blvd. Rolando Arjona y Pedro Infante.
- Puente vehicular de Manuel Clouthier y bulevar Emiliano Zapata.
- Puente peatonal del H. Congreso del Estado de Sinaloa.
- Puente vehicular de Xicoténcatl y Diego Valadés Ríos (Malecón Nuevo).
- Puente vehicular de Obregón y Paseo Niños Héroes.
- Puente peatonal de Manuel Clouthier, frente a la Escuela Normal de Sinaloa.
- Puente peatonal de Álvaro Obregón en el Tec de Culiacán.
Estefanía López, integrante del colectivo, explicó:
“Culiacán y en muchas partes de México, ha sido usual despertar y encontrar mensajes de miedo, advertencias y amenazas en los puentes. Hoy quisimos hacer algo distinto. Que esta mañana, las miradas de los culichis se levanten y, en lugar de leer amenazas, encuentren palabras de vida, esperanza y ánimo ante la situación que seguimos atravesando. Las pazmantas son una contranarrativa a las narcomantas. No buscan dividir ni infundir terror, sino recordar que en Culiacán también hay esperanza, empatía con las víctimas y gente muy valiente”.
Algunos de los mensajes que se leyeron en las mantas fueron:
- “El Culiacán de antes ya no volverá, construyamos juntos uno mejor”.
- “Culichi: La paz no sólo se pide, se vive y se comparte. ¡Hagámosla juntos!”
- “Que el sonido de Culiacán no sean las balas, sino la risa de su gente. ¡Queremos paz!”
- “Doce meses de dolor y cicatrices latentes, pero los culichis seguimos firmes y valientes”.
- “El cambio cultural empieza cuando dejamos de aplaudir al violento. Ya probamos la violencia… y no funcionó… Es hora de la paz”.
Con esta acción, Culiacán Valiente busca no sólo transformar la narrativa, sino también sembrar la semilla de una ciudad donde la esperanza, la unidad y la resiliencia sean más fuertes que el miedo.