Grupo Bimbo, hoy considerada la panificadora más grande del mundo, comenzó su historia en México en 1945 con una misión clara: ofrecer pan de alta calidad, higiénico y accesible para todos.
Lo que inició como una pequeña operación con solo 34 empleados y 10 camiones repartidores en la Ciudad de México, se transformó en un imperio global con presencia en más de 30 países.
El producto que lo inició todo: el pan blanco
El primer producto que salió al mercado bajo la marca Bimbo fue el pan de caja blanco, conocido como “Pan Bimbo”. Su principal atractivo era la innovación en presentación y empaque: rebanadas uniformes, envoltura de celofán y una imagen limpia y confiable, en contraste con el pan artesanal, que a menudo se vendía sin envoltorio.
Además del pan blanco, muy pronto se sumaron otros productos básicos:
Pan integral
Pan tostado
Panecillos dulces
Pan para hamburguesas y hot dogs
Estos productos marcaron la pauta de una compañía que supo combinar tradición con visión empresarial, enfocándose desde el inicio en la calidad, higiene y distribución eficiente.
Diversificación en productos y marcas
A medida que el mercado crecía, Bimbo fue ampliando su portafolio:
En los años 60 y 70 introdujo productos como Roles, Mantecadas, Donas y Gansito (a través de Marinela).
En los años 90, comenzaron a adquirir marcas y expandirse internacionalmente.
En el siglo XXI, el portafolio creció hasta incluir más de 10,000 productos y 100 marcas, como Oroweat, Thomas’, Entenmann’s, Barcel, Sara Lee, entre muchas otras.
Hoy, Bimbo no solo produce pan, sino también tortillas, pastelillos, snacks, bollería, galletas, cereales, empanizados y opciones saludables, con productos sin gluten, sin azúcar o con granos enteros.
Gracias a una estrategia de crecimiento orgánico y adquisiciones, Bimbo opera en países como Estados Unidos, Canadá, Brasil, China, España, Reino Unido y Sudáfrica. Su expansión no ha sido solo de productos, sino también de valores: calidad, innovación, sostenibilidad y compromiso social.
Fuente:Excelsior