Los precios al consumidor en Estados Unidos subieron 6.8% en noviembre, en comparación con el año anterior. Los crecientes costos de los alimentos, la energía, la vivienda y otros artículos dejaron la tasa de inflación anual más alta desde 1982.
La Oficina de Estadísticas Laborales también informó este viernes que, de octubre a noviembre, los precios subieron un 0.8%.
El dato del mes pasado se situó por encima de las predicciones de la mayoría de los analistas, que esperaban que fuera superior al 6% pero sin llegar a acariciar el 7% como ha sido el caso.
Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en noviembre fue del 0.5%, con una tasa anual del 4.9%.
Los precios de la energía subieron en un 3.5% y los de los alimentos subieron un 0.7%, según el informe del Gobierno. En concreto, los precios que pagan los consumidores por la gasolina aumentaron un 6.1% el mes pasado y han subido un 58.1% en un año.
La inflación intensificó la presión sobre los consumidores, especialmente los hogares de menores ingresos y, en particular, para las necesidades diarias. También ha negado aumentos salariales para muchos trabajadores, ha complicado los planes de la Reserva Federal (Fed) para reducir su ayuda a la economía y ha coincidido con el debilitamiento del apoyo público al presidente Joe Biden.
En noviembre, la Fed dejó sin cambios los tipos de interés en el rango de entre 0% y 0.25% y anunció el inicio de la rebaja de las inyecciones de liquidez en 15 mil millones de dólares al mes.
Una inflación disparada como la que refleja el dato conocido hoy podría llevar a los responsables del banco central estadounidense a acelerar el ritmo o la cuantía de la retirada de los estímulos.
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