Hoy los smartphones son verdaderas supercomputadoras de bolsillo. Pero, aunque parezca increíble, ninguno ha logrado superar al Nokia 1100, un modesto teléfono lanzado en 2003 que aún ostenta el título del celular más vendido de la historia, con 250 millones de unidades despachadas en todo el mundo.
Y es que, antes de que existiera el concepto de “pantalla táctil”, “selfie” o “apps”, millones de personas ya habían encontrado en estos dispositivos básicos una herramienta confiable, duradera y accesible para comunicarse.

El reinado de la sencillez
La era dorada de Nokia, entre finales de los 90 y mediados de los 2000, demostró que la fórmula del éxito no siempre está en la tecnología más avanzada. Modelos como el Nokia 1110, el 3210 o el 1200 arrasaron en ventas globales gracias a una combinación imbatible: precio accesible, batería de larga duración y diseño resistente.
Estos “teléfonos de batalla” fueron pensados para mercados emergentes, donde la durabilidad y la facilidad de uso eran claves. Linterna, teclado físico, radio FM y una batería que duraba días eran suficientes para conquistar al público.
Cuando Apple cambió las reglas del juego
A partir de 2007, con la llegada del primer iPhone, el mercado móvil dio un giro. Apple apostó por un ecosistema completo de hardware, software y servicios, convirtiendo cada lanzamiento en un fenómeno de consumo global. Y le funcionó: hoy la marca domina el ranking histórico de ventas con nueve modelos distintos en el top 15, encabezados por el iPhone 6 y 6 Plus, que superaron los 222 millones de unidades.
La clave de Apple fue transformar el celular en una extensión del estilo de vida: ya no solo servía para llamar o mandar mensajes, sino para navegar, comprar, trabajar y entretenerse.

¿Por qué los celulares modernos no logran romper el récord?
A pesar del crecimiento de la industria y la masificación del smartphone, los ciclos de renovación se han alargado y el mercado está mucho más fragmentado. Hoy existen múltiples versiones de un mismo modelo (Pro, Plus, Mini), y las ventas se distribuyen entre más marcas y gamas.
Además, el auge del 5G, la saturación de funciones y los altos precios hacen que los consumidores piensen dos veces antes de cambiar de equipo.
Por eso, el Nokia 1100 sigue imbatible: su éxito fue producto de un momento histórico en el que no había competencia de bajo costo y la conectividad móvil apenas se expandía globalmente.
Un ranking que cuenta más que cifras
Más allá de las unidades vendidas, el ranking de los celulares más exitosos de la historia también refleja cambios sociales, tecnológicos y de consumo. El hecho de que el teléfono más vendido no tenga cámara ni pantalla táctil, y que aún así supere a todos los smartphones actuales, es un recordatorio de que la simplicidad también puede ser revolucionaria.
Mientras el futuro de la telefonía apunta hacia dispositivos plegables, inteligencia artificial y realidad aumentada, los “clásicos” siguen ocupando un lugar especial en la memoria colectiva… y en la cima de los récords.
Fuente:Excelsior