En plena Feria Nacional de San Marcos, en Aguascalientes, un video desató confusión, carcajadas y asombro en redes sociales. No, se trataba de Christian Nodal sirviendo micheladas… aunque por un momento, miles lo creyeron.
Quien realmente aparece en el clip es Adán Reyes, un joven de 34 años que se ha vuelto viral por su gran parecido con el cantante sonorense.
Reyes lleva siete años vendiendo bebidas sin alcohol dentro del perímetro ferial, pero fue hace tres años que decidió sacarle provecho a los comentarios que constantemente recibía:
“¡Oye, te pareces a Nodal!”. Entre los tatuajes faciales, la gorra, el look vaquero y una actitud relajada, la confusión es comprensible. Así nació su personaje: el Nodal de la Feria.
El video que lo catapultó a la fama en redes lo muestra preparando una michelada mientras canta “Adiós Amor”, uno de los temas más emblemáticos del intérprete de regional mexicano.
La escena, capturada por un cliente, rápidamente se viralizó, con muchos preguntándose si era Nodal trabajando de incógnito o grabando algún tipo de contenido secreto.
Su caracterización no solo lo ha hecho famoso entre los asistentes a la feria; también ha sido una jugada estratégica para mejorar sus ventas. Gracias a su parecido, más personas se acercan a su puesto, curiosos por la imagen y por la experiencia de ser atendidos por el “doble de Nodal”.
Además de vender bebidas, Adán trabaja en un taller de joyería de plata y hace un año, cuando Christian Nodal se presentó en el Palenque de la misma feria, Adán tuvo la oportunidad de entregarle personalmente dos piezas que él mismo diseñó. El cantante quedó sorprendido por el parecido y agradeció el gesto.
Aunque no es cantante ni busca imitar la voz de Nodal, Adán ha encontrado una forma única de conectar con el público. Lejos de aprovecharse del nombre del artista, ha usado su imagen como una forma de expresión y también como una herramienta de sustento
“No me creo Nodal, solo me parezco”, ha dicho en entrevistas breves con medios locales.
Mientras dura la Feria Nacional de San Marcos, su puesto no solo es un punto de venta, también una parada obligada para quienes quieren una buena bebida, una foto divertida, o simplemente una historia para contar.
Fuente:Excelsior
