La tensión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el magnate Elon Musk escaló este jueves, luego de que el mandatario amenazara con cancelar todos los contratos públicos y subsidios otorgados a las empresas del dueño de SpaceX, en medio de una disputa surgida por diferencias sobre el nuevo plan fiscal.
En una reacción inmediata, Musk anunció que su empresa SpaceX comenzará el decomiso de su equipo espacial Dragón, en una clara respuesta al posible rompimiento con el gobierno federal. “Retiraremos todo el equipo espacial al gobierno estadounidense de forma inmediata”, declaró Musk a través de sus redes sociales.
Actualmente, SpaceX mantiene importantes acuerdos con el gobierno estadounidense. El más destacado fue firmado en abril pasado, por un valor de 5 mil 900 millones de dólares, para el lanzamiento de satélites y misiones espaciales durante los próximos cinco años, utilizando sus cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy, bajo supervisión de la Fuerza Espacial.
Por su parte, Starlink, filial de SpaceX dedicada a telecomunicaciones, también tiene contratos relevantes con el gobierno, entre ellos un convenio de 537 millones de dólares para brindar servicios a las fuerzas armadas de Ucrania, así como proyectos de comunicación segura para agencias de inteligencia estadounidenses.
La amenaza de Trump y la reacción de Musk marcan un nuevo capítulo en la compleja relación entre el gobierno federal y el sector tecnológico, en especial con una de las figuras más influyentes de la industria aeroespacial y de comunicaciones.