El número uno del tenis mundial, Novak Djokovic, amenazado de expulsión de Australia, que le rehusó la entrada y anuló su visado, obtuvo un aplazamiento hasta el lunes, en un nuevo episodio de esta saga convertida en incidente diplomático.
El serbio, retenido por los servicios de inmigración en Melbourne desde su llegada el miércoles con la intención de participar en el Open de Australia, recurrió en la justicia la decisión de las autoridades de negarle la entrada.
Djokovic había anunciado el martes, feliz, en Instagram que viajaba a Australia. Pero el serbio, opuesto a la vacuna obligatoria y cuyo estatuto vacunal es desconocido, sufrió la gran decepción al llegar a Australia pues las autoridades fronterizas australianas cancelaron el visado de entrada del tenista.
De ser finalmente deportado, el tenista serbio se quedaría sin la posibilidad de jugar, a partir del 17 de enero, el Abierto de Australia.
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