Hace dos días el prestigiado semanario The Economist, con sede en Londres, Inglaterra publicó un estudio que ha venido realizando cada año sobre la democracia y el estatus que esta guarda en diferentes naciones a nivel global.
El estudio se enfoca en las prácticas de gobierno, mas que en los sistemas, dejando claro, por ejemplo, que, en el Reino Unido, aunque exista una monarquía, el poder del ejecutivo reside en el primer ministro y que, al mismo tiempo, el parlamento es un contrapeso relevante en el ejercicio del poder y de las políticas públicas gubernamentales.
El análisis de The Economist se realiza tomando en cuenta cinco categorías que incluyen proceso electoral y pluralismo; funcionamiento del gobierno; participación política; cultura política y democrática; y libertades civiles, y la calificación de un país deriva en ser considerado una democracia plena, democracia deficiente, un régimen híbrido o una autocracia con puntos de calificación que van del 0 al 10.
Lo primero que resalta en el artículo, es que el ejercicio democrático ha venido desmereciendo nivel global desde el 2018. México no es la excepción. El factor mas relevante es atribuido a la pandemia, pues muchas de las medidas tomadas por los gobiernos han tenido que ser unilaterales, arbitrarias y alejadas del consenso público, pues la vida y la salud de la población se priorizó antes que la democracia. Con esa óptica, se valora el escenario a priori, a nivel global.
Sin embargo, México pasó de 6.07 puntos en 2020 a 5.54 en 2021, ocupando el lugar 86 en la lista de naciones ‘evaluadas’.
¿A qué se debe el descenso?
De acuerdo a los criterios del semanario británico, hay prácticas que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador utiliza recurrentemente, que han derivado en un desmejoramiento en prácticas democráticas.
El ataque permanente (él lo ve como defensa personal o del régimen) a medios de comunicación y periodistas que se oponen a su gobierno o a la cuarta transformación.
La centralización de recursos en los presupuestos.
La creciente participación de la milicia en tareas policiales, logísticas, comunicaciones, transportes y hasta en la participación de contratos para infraestructura como los casos del Aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas.
El ataque presupuestal a instituciones como el INE, en este caso, la instancia garante de la democracia participativa en México.
Incluso su conferencia mañanera, para algunos pudiera ser considerado un ejercicio de transparencia y democrático, sin embargo, para muchos otros, es considerado el escenario desde donde Lopez Obrador controla la agenda pública, mediática y gubernamental, asegurándose así, de que se “se hable de lo que él quiere” todos los días.
El resultado del estudio es digno de un análisis tropicalizado para nuestro país, pues mientras en el extranjero señalan a México como un país que pasó de tener una “Democracia defectuosa” a una “democracia hibrida”, el presidente López Obrador sostiene una popularidad positiva que oscila del 5.5 al 6.5.
Lo preocupante es el impacto que un estudio como este puede tener en economía, a través de inversiones, convenios de investigación y acuerdos diplomáticos, rubro en el que nuestro país no pasa por su mejor momento con la tensión actual con España.
El informe de The Economist dice que solo 21 países tuvieron “democracia plena” en 2021, menos de la mitad de la población mundial ahora vive en una democracia y más de un tercio vive bajo un régimen autoritario. ¿Es el principio del fin de la democracia a nivel mundial?
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