Durante la madrugada del viernes 13 de junio, Israel ejecutó una de las ofensivas aéreas más intensas contra Irán desde 1980, bajo el nombre de “León Ascendente”. En la operación participaron más de 200 aviones de combate y se utilizaron al menos 330 tipos distintos de municiones, teniendo como objetivo principal el programa nuclear iraní.
De acuerdo con reportes preliminares, el ataque provocó la muerte de varios altos mandos militares, incluyendo a Hossien Salam, comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica. También se informó sobre víctimas entre científicos vinculados al desarrollo nuclear y civiles.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, justificó la acción como un acto preventivo, argumentando que Teherán está muy cerca de lograr la fabricación de un arma nuclear.
En respuesta, Irán lanzó alrededor de 100 drones hacia territorio israelí. Autoridades en Tel Aviv aseguraron estar activamente interceptando los dispositivos.
Desde Estados Unidos, el expresidente Donald Trump calificó el ataque como “genial para el mercado” durante una entrevista con el Wall Street Journal. Según dijo, la ofensiva evitaría que Irán desarrolle armamento nuclear. También reveló que tuvo comunicación previa con Netanyahu y que su equipo estaba al tanto de los planes israelíes.