Más allá de la creencia que se tenga de lo que ocurre al morir, la muerte debe ser entendida como un proceso inherente a la vida
“Fue una experiencia muy fuerte, fue hace dos meses y 10 días aproximadamente, me enfermé, llegué al hospital inconsciente, tuve un coma diabético y disentería y aparte me deshidraté, perdí el habla, estuve dos días grave y en esos dos días grave vi a la muerte”.
Así narró Piedad Morales Morán, a Excélsior, una reciente experiencia cercana a la muerte, la cual aún está procesando con ayuda de su tanatóloga.
“El segundo día, cuando yo traté de cobrar un poco de conciencia vi una señora de amarillo, guapisísima, vestida con un traje hermoso, un sombrero precioso y cuando me acerqué a ella y voltea, era la Muerte, era la Catrina, para mí fue impresionante, en ese momento dije, ‘ya me toca, es mi momento y me tengo que ir’”, recordó Piedad sobre sus pensamientos.
Mientras seguía en el coma diabético tuvo visiones de panteones, gatos negros, calaveras y cosas que la hacían sentir triste, pero también tuvo visiones sobre su vida, los momentos más felices de la misma.
“En un momento yo le dije ‘Dios mío, si tu voluntad es que me muera lo acepto y si tu voluntad es que me quede prometo cuidarme porque soy diabética para que esto no me vuelva a suceder y cuidar a mi cuerpo”, dijo para sí, Piedad. Logró recuperarse del coma y volver a su vida, una nueva después de sentir la muerte tan cerca.
“Como mexicanos vemos la muerte como un misterio, pero en realidad no es un misterio, es un fenómeno, es una forma en la que un ser deja de estar en este plano y la única forma de dejar de estar aquí es cuando tu cuerpo deja de funcionar”, es la forma más simple de entender la muerte, comentó Lidia Gutiérrez, tanatóloga clínica, quien ha atendido a Piedad.
“Científicamente lo único comprobable es que un cuerpo deja de funcionar, no hay un estudio específico que avale cualquiera de estas filosofías, como el hinduismo donde se habla de reencarnación, o en el budismo, o como en nuestra cultura prehispánica que se habla del Mictlán y los niveles que vamos avanzando dentro del Mictlán”, señaló sobre las distintas creencias de lo que ocurre al morir.
Y cita el experimento de Elisabeth Kübler-Ross, una investigadora suizo-estadunidense. “Ella realizó un experimento con ella misma en el que produjo su muerte, obviamente había un grupo de médicos alrededor de ella ayudándoles para que no se fuera del todo y lo único que refirió fue esta famosa luz, la cual, dijo, se percibe como un estado de paz muy profundo, como un amor que no se puede describir a nivel humano y que eso es lo que se siente, solamente paz y tranquilidad a nivel del alma”, explicó Lidia.
“A nivel médico, los doctores dicen que esa luz que vemos al famoso final del túnel, es el último reflejo que alcanza a percibir nuestro ojo de luz, a nivel físico, a nivel emocional o espiritual se habla de ese espacio de luz al que llegamos, de eternidad, dependiendo la creencia”, apuntó la tanatóloga.
Más allá de la creencia que se tenga de lo que ocurre al morir, la muerte debe ser entendida como un proceso inherente a la vida. “Tenemos que trabajar en una cultura tanatológica, en estar hablando del tema de la muerte y verlo justo no como un misterio sino como algo que va a suceder en un momento, ¿cuándo?, en cualquier momento”, explicó la especialista, quien sugirió no ver a la muerte como algo injusto.
Fuente: Excélsior
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