En el siglo XVI, El Concilio de Trento dejó establecido que el hombre era dueño de su voluntad, de su hacer y su quehacer. Entonces se declaró que el hombre tenía libre albedrio, es decir, que cada individuo tiene capacidad para decidir, según su conciencia, lo que hace y lo que dice. Eso fue dictaminado por los hombres más ilustres de aquellos renacentistas años.
En Sinaloa un hombre llamado ALFONSO G. CALDERÓN, llegó muy niño al Mineral de San José de Gracia, lugar al que quiso mucho y nunca olvidó. Posteriormente, marcó su destino al emigrar junto con su familia de ese lugar serrano, a la Ciudad de los Mochis, la cual adoptó y conquistó por su inquietud e inteligencia nata.
La educación primaria la realizó en la Escuela Tres, donde el Profesor MARCIAL ORDOÑEZ, marcó su vida; no entró a la secundaria, ya que por necesidad tuvo que emplearse como obrero aprendiz de electricista en el Ingenio Azucarero de Los Mochis, donde tiempo después obtuvo un puesto de planta; en ese tiempo la lucha sindical contra la empresa azucarera “United Sugar Company”, le dejó grandes enseñanzas y le templó el carácter, por lo que ALFONSO G. CALDERÓN, siempre manifestó que él estudió en “la escuela de la vida”. Como deportista fue un buen lanzador de Béisbol, formando parte de la selección Mochis de la 12 de octubre, misma que dejó su huella en los años 30, con personajes que trascendieron a nivel nacional como SAMUEL C. CASTRO, CLEMENTE GRIJALVA y CARLOS RAMÓN GARCIA, entre otros.
CALDERÓN fue un orador natural y carismático entre los obreros, a quienes les brindó parte de su vida y lealtad, siempre fue fiel a sus principios y a las causa sociales, logrando en 1950, con el apoyo del dirigente Nacional de la C.T.M. FERNANDO AMILPA, la candidatura por el PRI a la presidencia municipal de Ahome, pero este proyecto se le frustró temporalmente al ser inhabilitado por haber nacido fuera de Sinaloa. Sin embargo, su habilidad, terquedad y amor por la política social, años más tarde le permitieron gobernar el municipio que lo recibió de niño con los brazos abiertos.
En 1960 su hijo Renato perdió la vida en un accidente cuando andaba cazando patos, siendo este uno de los golpes más grandes y duros de su vida. La muerte de su hijo y sus fracasos políticos, lo llevaron a pensar en cambiar de residencia y trasladarse al Estado de Veracruz. Mas su destino marcaría otros senderos gracias a los consejos y el apoyo de BLAS CHUMACERO, quien ocupaba una importante cartera dentro de la C.T.M. al lado de FIDEL VELAZQUEZ, personaje que le perdonó un desliz político y le brindó una nueva oportunidad otorgándole diversas comisiones políticas en diferentes Estados del país. Posteriormente ALFONSO G. CALDERÓN, fue diputado federal en dos ocasiones, Senador de la República y Gobernador de Sinaloa, entre otros cargos más.
Don Alfonso fue constructor de pequeñas y grandes obras que le permitieron estar en contacto con la población que gobernó como el palacio de gobierno, unidades administrativas, además fue un gran impulsor de la educación y la cultura. Su gobierno fue incluyente y de puertas abiertas, entablando una lucha permanente en contra del narcotráfico. Fue precisamente en el aspecto de seguridad donde Calderón tuvo los problemas más álgidos, incluso estuvo a punto de caer del gobierno, la muerte del “periodista” ROBERTO MARTINEZ MONTENEGRO, lo enfrentó con mandos de la Policía Judicial Federal y con funcionarios importantes del gabinete federal, como el Secretario de Gobernación JESÚS REYES HEROLES y el Procurador General de la República OSCAR FLORES SANCHEZ. Sin embargo, al término de su gobierno dejó paz y tranquilidad en el Estado.
En lo político ALFONSO G. CALDERÓN, dejó muchas semillas que marcaron nuevos rumbos en el destino de Sinaloa, impulsando a jóvenes como JUAN S. MILLAN, quien con trabajo, experiencia, inteligencia y mucho esfuerzo logró llegar al Gobierno de la entidad, dejando sucesor con JESÚS AGUILAR PADILLA. Y qué no decir de otros como JORGE ROMERO ZAZUETA, RAUL RENE ROSAS, ROBERTO CAMACHO, SAMUEL ESCOBOSA, JAVIER LUNA BELTRAN, GILBERTO ZAZUETA, JOEL y GILDARDO AMARILLAS, FORTUNATO ALVAREZ CASTRO, ROBERTO SOLTERO, FRANCISCO CEVALLOS, etc. Así como tantos otros que se adelantaron en el camino como MARCO ANTONIO ARROYO CAMBEROS, ROBERTO WONG, CALDERON OJEDA, OSCAR MONZON MOLINA, ROBERTO ZAVALA, etc.
ALFONSO G. CALDERÓN falleció un 14 de Abril de 1990. Sin lugar a dudas fue un político fuera de serie, cuyas enseñanzas seguirán presentes por su honestidad, carácter y pasión por los altos de Sinaloa.
El pasado martes 14 del presente mes, se vio a un solitario Alcalde MANUEL GUILLERMO CHAPMAN MORENO, en el panteón municipal de Los Mochis, quien sin los espavientos que da el poder, visitó la tumba de ALFONSO G. CALDERÓN, para montar una guardia de honor y recordar los últimos años de vida del hombre que marcó su vida en materia de política social.
Tal vez por este ejemplo MANUEL GUILLERMO CHAPMAN, le da a su gobierno un sentido social, que es bien visto por la ciudadanía, principalmente del área rural. Seguramente al término de su gobierno la percepción y participación ciudadana, será su mejor aliada, misma que tiene que buscar en sectores sin partidización, tanto en la oposición como del lado del gobierno mismo. Esto es lo más apegado a la realidad y será la mayor fortaleza para su administración.
La vida y obra de ALFONSO G. CALDERÓN está llena de triunfos, pero también de rencores que se acumularon en su alma por tantos años de lucha para subsistir políticamente. Como gobernante supo integrar un equipo de gobierno con los equilibrios políticos necesarios para gobernar con habilidad y madurez que sólo se logra con la experiencia que dan los años.
La historia ya juzgó a Don ALFONSO G. CALDERÓN, el tiempo nos dirá como los ahomenses calificarán al gobierno de MANUEL GUILLERMO CHAPMAN, quien trata de seguir el ejemplo de quien fuera también su guía político.
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